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lunes, 31 de octubre de 2011

La levodopa no acelera la enfermedad de Parkinson


Los autores de este estudio publicado en la revista Neurology investigaron la relación entre la exposición acumulativa a la levodopa, las neuronas de la sustancia nigra y la patología de los cuerpos de Lewy en 96 pacientes con EP con tratamiento farmacológico antiparkinsoniano. Se midió la densidad de neuronas pigmentadas en una sola sección de la sustancia negra y se determinó la densidad de cuerpos de Lewy en las zonas cortical y en la sustancia nigra.
La dosis media acumulada de la levodopa se correlacionó significativamente con la duración de la enfermedad de Parkinson. Por lo tanto, sus efectos individuales sobre la densidad neuronal de la sustancia nigra o la patología de cuerpos de Lewy no se pudo evaluar en toda la población estudiada.
Este no fue el caso en un análisis de subgrupo de 40 pacientes con inicio de la EP más levodopa. En este subgrupo, aquéllos que habían tenido una mayor exposición acumulativa a la levodopa, no mostraron diferencias en la densidad neuronal total de la sustancia negra, aún después de ajustar los resultados por sexo, edad de inicio, duración de la enfermedad de Parkinson y duración de la terapia con agonistas de la dopamina.

Does levodopa accelerate the pathologic process in Parkinson disease brain?
Background: Several in vitro studies have suggested levodopa (l-dopa) to be toxic to dopaminergic neurons and that it can modulate the aggregation process of α-synuclein. We investigated the relationship between cumulative lifetime dose of l-dopa and nigral neuronal count and Lewy body (LB) pathology in Parkinson disease (PD).
Methods: Density of pigmented neurons was measured unilaterally in a single section of substantia nigra (SN) with delineation of the dorsal and ventral tiers in 96 cases of PD with well-documented clinical records relating to antiparkinsonian drug treatment. Cortical and nigral LB densities were determined using a morphometric approach.
Results: Mean lifetime dose of l-dopa correlated significantly (p < 0.001) with duration of PD in the entire study population (n = 96) and it was not possible to disentangle their individual effect. This was not the case in a subgroup analysis of younger onset patients with a longer duration of PD (n = 40) who showed no significant correlation between l-dopa and total SN neuronal density (p = 0.07), after adjustment for duration of illness. There was, however, a lower neuronal density in the ventral (p = 0.02) but not in the dorsal (p = 0.27) tier detected with the cumulative dose of l-dopa. We found no difference in l-dopa dose between Braak PD stages (p = 0.58). Furthermore, the subgroup analysis showed no relationship of l-dopa dose to either cortical (p = 0.47) or nigral (p = 0.48) LB density.
Conclusion: Chronic use of l-dopa in PD does not enhance progression of PD pathology as far as can be determined by our observations with SN neuronal counts and LB densities.

jueves, 27 de octubre de 2011

Para los más críticos;) "Menace sur nos Neurones"

Recientemente un libro despertó la polémica en Francia y en todo el mundo, "Menace sur nos Neurones" señala que ya se conocen las causas que generan el Alzhéimer y el Párkinson.


La ciencia lo ha demostrado desde hace tiempo: Alzheimer, Parkinson, esclerosis en placas, autismo, todas las enfermedades neurovegetativas aparecen, cuando las neuronas padecen daños irreversibles.
Esto se produce poco a poco, a lo largo de la vida, mediante incesantes agresiones químicas y físicas que atacan las neuronas hasta dejarlas al borde de la muerte. La causa principal de ese cóctel neurotóxico explosivo es la acumulación de metales pesados en el medio ambiente: aluminio en el agua, mercurio en la boca, pesticida en los alimentos, solventes y partículas ultra finas en el aire, etc.
Esas substancias, perfectamente identificadas y documentadas por la ciencia, podrían ser prohibidas, desaparecer de nuestra vida, si existiera la voluntad de aplicar una verdadera política de prevención.
Pero sucede todo lo contrario. La parte oculta del iceberg aparece en " Menace sur nos neurones " ("Amenaza en nuestras neuronas"), que acaba de publicar en Francia la editorial Actes Sur, de Marie Grosman, especialista en salud ambiental, y Roger Lenglet, periodista y filósofo. Ese libro de investigación desvela un sofisticado sistema que favorece los intereses económicos de lobbies y grupos de presión, bloqueando toda posibilidad de información transparente.
No se trata de un mero balance sobre la importancia que adquieren poco a poco las enfermedades neurovegetativas en la sociedad moderna. Esa minuciosa investigación intenta dejar a la luz los principales factores de riesgo, pero también el silencio cómplice de políticos y otras personalidades frente a la presión de esos sectores de presión.
"¡Somos perfectamente conscientes del problema. Pero hay que ser prudentes. No creen pánico, no asusten a la población. Sería aun más catastrófico!", advierte a los autores un responsable del ministerio de Ecología francés.
Grosman y Lenglet hablan de una hecatombe "enorme y exponencial" que no cesa de empeorar. En Francia, hay 100.000 enfermos de Parkinson y entre 800.000 y un millón de personas padecen Alzheimer. Cada año aparecen 225.000 casos nuevos y cada vez son más jóvenes.
La realidad parece desmentir el viejo adagio que afirma que "la única causa conocida del Alzheimer es el envejecimiento de la población". Para los autores, si la enfermedad aparece en fin de vida es precisamente debido a la acumulación de substancias tóxicas en el cerebro a través de los años.
Pero, ¿por qué no se prohíben esas substancias? ¿Cómo explicar tanto inmovilismo e inercia? El libro explica en detalle hasta qué punto los lobbies industriales condicionan esa parálisis del sector oficial. Más grave aún: Grosman y Lenglet demuestran "las relaciones incestuosas" entre empresas privadas e instituciones de salud pública, que permiten el reembolso de medicamentos, que son en el mejor de los casos inútiles, y a veces directamente peligrosos.
"Menace sur nos neurones" no omite ninguno de los elementos que colaboran a la "producción" y mantenimiento de una "sociedad neurotóxica".


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Prevención de caídas en personas con enfermedad de Parkinson

Un estudio realizado por el Primary Care Research Group at the Peninsula College of Medicine and Dentistry, con el UK's National Institute for Health Research (NIHR) and NIHR PenCLAHRC, ha analizado los resultados de un programa de ejercicios para prevenir las caídas en las personas con enfermedad de Parkinson.
Hasta la fecha, hay pocos estudios que han examinado el beneficio de dichas intervenciones a las personas con enfermedad de Parkinson. El equipo de investigación utilizó un ensayo controlado aleatorio para controlar la eficacia de un programa de ejercicios para personas con enfermedad de Parkinson con historia de caídas y logró una reducción en las caídas entre los que recibieron la intervención.
A pesar de las limitaciones en el número de personas que participaron en el estudio, el equipo de investigación fue capaz de introducir mejoras significativas en equilibrio, disminuir el temor de caer y mayores niveles de actividad física recreativa.
Como resultado, las conclusiones del estudio se suman a la base de pruebas de fisioterapia y el ejercicio en el tratamiento de personas con enfermedad de Parkinson. La realización de estudios adicionales que incluyan un mayor número de personas con enfermedad de Parkinson y un período más largo de seguimiento ayudará a apoyar este caso, así como identificar qué intervenciones funcionan mejor y  bajo qué circunstancias.
Hasta dos tercios de las personas con párkinson experimentan caídas cada año: esto se compara con una tercera parte de la comunidad en general basados en población de edad avanzada que sufren caídas. Cuando una persona con Parkinson sufre caídas, el impacto es generalizado, afecta los pacientes, familias y organizaciones de la salud y asistencia social. Caídas y heridas asociadas son la principal causa de ingreso hospitalario en personas con párkinson, teniendo como resultado hospitalizaciones prolongadas que aportan presión sobre el paciente y sobre el sistema sanitario.
La Dra. Vicki Goodwin, miembro PenCLAHRC Superior de Investigación en el Peninsula College of Medicine and Dentistry y que llevó a cabo este estudio como parte de su tesis doctoral financiada por NIHR Researcher Development, comentó: "El nuestro es uno de los primeros estudios para buscar evidencia de la efectividad de las intervenciones, y como tal es un paso importante hacia la comprensión de las mejores maneras de ayudar a las personas con enfermedad de Parkinson tanto para tratar como para prevenir nuevas caídas. Además de los efectos físicos de una caída, las personas con Parkinson también sufren psicológicamente, con frecuencia relatando falta de confianza en todo el espectro de las actividades de la vida cotidiana, lo que afecta la calidad de vida.". Y agregó: "Está claro que los programas de intervención para prevenir las caídas en las personas con la enfermedad de Parkinson tienen potencial de trabajo, pero se necesita más investigación antes de tener los conocimientos necesarios para recomendar los métodos definitiva a este problema creciente."

Preventing falls in people with Parkinson's disease
A study carried out by the Primary Care Research Group at the Peninsula College of Medicine and Dentistry, supported by the UK's National Institute for Health Research (NIHR) and NIHR PenCLAHRC, has analysed the results of an exercise programme to prevent falls in those with Parkinson's disease.
The study was instigated because, to date, there are few trials that have examined the benefit of such interventions to people with Parkinson's disease. The research team used a randomised controlled trial to track the effectiveness of an exercise programme for people with Parkinson's disease who had a history of falls and reported a reduction in falls among those that received the intervention.
Despite limitations in the number of people who took part in the study, the research team was able to log significant improvements in balance, a decrease in the fear of falling and increased levels of physical recreational activity.
As a result, the findings of the study add to the evidence base for physiotherapy and exercise in the management of people with Parkinson's disease. Further studies involving a greater number of people with Parkinson's disease and a longer follow-up period will help to support this case, as well as identify which interventions work the best under which circumstances.
Up to two-thirds of people with Parkinson's experience falls each year: this compares with a third of the general community-based elderly population who experience falls. When a person with Parkinson's falls, the impact is widespread affecting patients, families and health and social care organisations. Falls and associated injuries are the main cause of hospital admissions among people with Parkinson's, resulting in extended hospital stays which put pressure on both the patient and the NHS.
Dr. Vicki Goodwin, PenCLAHRC Senior Research Fellow at the Peninsula College of Medicine and Dentistry and who conducted this study as part of her PhD funded by a NIHR Researcher Development Award, commented: "Ours is one of the first studies to seek evidence for the effectiveness of interventions, and as such it is an important step towards understanding the best ways in which to help those with Parkinson's disease both deal with and prevent further falls. As well as the physical effects of a fall, people with Parkinson's also suffer psychologically, often reporting a lack of confidence across the spectrum of everyday life activities, thus affecting quality of life."
She added: "It is clear that intervention programmes to prevent falls in those with Parkinson's disease do have the potential to work, but more research is needed before we have the knowledge necessary to recommend definitive approaches to this growing issue."

Efecto del envejecimiento sobre el cerebro

La investigación realizada por biólogos de la Universidad de York y Hull York Medical School ha revelado nueva información importante acerca de la forma se ve afectado el cerebro por la edad. Trabajando con los científicos en el Colegio Península de Medicina y Odontología de Plymouth, que han estudiado las respuestas al estrés en las sinapsis (las conexiones neuronales).
Los investigadores descubrieron que bajo condiciones de estrés, tales como la neurodegeneración, aparecen formas de alta energía que dañan la oxigenación de las sinapsis haciendo que crezca en exceso, posiblemente contribuyendo a la disfunción. Tales tensiones se producen durante enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.
La investigación, se publica en la última edición de Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
El modelo de laboratorio se llevó a cabo con Drosophila, pero vías similares están presentes en los seres humanos. Los científicos estudiaron las respuestas mediante un modelo de enfermedad de depósito lisosomal, una neurodegeneración hereditaria infantil incurable que aparece en las sinapsis, pero el papel que el crecimiento tiene en la progresión de la enfermedad y la función cerebral no está todavía claro.
El Dr. Sean Sweeney, del Departamento de Biología de la Universidad de York, y coautor del estudio dijo: "Los resultados tienen fuertes implicaciones para la función neuronal como la edad el cerebro, y se agrega de manera significativa a nuestro entendimiento de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. "
El Dr. Ian Robinson, del Colegio Península de Medicina y Odontología, tambien coautor del estudio agregó: "los contactos neuronales en el cerebro están cambiando constantemente Estos cambios en el cerebro nos permiten tener memoria a corto plazo, tales como donde aparcamos el coche, o más recuerdos, como nuestro número de PIN para el cajero automático. Nuestro trabajo arroja luz sobre cómo nuestro cerebro se vuelve menos capaz de realizar estos cambios en los contactos neuronales con la edad y ayuda a explicar la pérdida de contactos neuronales vista en varias enfermedades neurodegenerativas."

Effect of aging on the brain
Research by biologists at the University of York and Hull York Medical School has revealed important new information about the way the brain is affected by age. Working with scientists at the Peninsula College of Medicine and Dentistry in Plymouth, they have studied responses to stress in synapses - neuronal connections.
The researchers discovered that under stressful conditions, such as neuro-degeneration, resulting high energy forms of damaging oxygen cause synapses to grow excessively, potentially contributing to dysfunction.
Such stresses occur during neurodegenerative disease such as Alzheimer's and Parkinson's disease.
The research, which was funded by the Medical Research Council and the Biotechnology and Biological Sciences Research Council, is published in the latest issue of the Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Laboratory modelling was carried out using Drosophila, but similar pathways are present in humans. The scientists studied the responses using a model of lysosomal storage disease, an inherited incurable childhood neurodegeneration where enlarged synapses have been observed, but the role that growth has in disease progression and brain function is not yet clear.
Co-author Dr Sean Sweeney, of the Department of Biology at the University of York, said: "The findings have strong implications for neuronal function as brains age, and will add significantly to our understanding of neurodegenerative disease such as Alzheimer's and Parkinson's disease."
Co-author Dr Iain Robinson, of the Peninsula College of Medicine and Dentistry, added: "Neuronal contacts in the brain are constantly changing. These changes in the brain enable us to form short term memories such as where we parked the car, or longer term memories, such as what is our pin number for the cash point machine. Our work sheds light on how our brain becomes less able to make these changes in neuronal contacts as we age and helps explain the loss of neuronal contacts seen in several neurodegenerative diseases."