Publicado en la revista científica Movement Disorders, referencia internacional en esta patología neurodegenerativa, el trabajo se ha realizado en doce centros especializados de diez países, entre ellos España, y ha incluido a más de cuatrocientos afectados.
En la actualidad, la enfermedad de Parkinson se define por la afectación motora, fundamentalmente por la presencia de temblor, rigidez, lentitud y/o alteración del equilibrio.
Sin embargo, en los últimos años se ha identificado la importancia de múltiples síntomas que se denominan "no motores" -ya que no están relacionados con el movimiento-, como la alteración del sueño, del estado de ánimo, de la función cognitiva, la disfunción autonómica y el dolor, entre otros.
Kurtis y sus colaboradores indagaron el impacto global de estos trastornos, medidos en frecuencia y severidad mediante una escala específica, sobre la situación vital y la salud de los pacientes.
En la escala se recogen 30 síntomas de nueve dominios diferentes: cardiovascular, sueño/fatiga, estado de ánimo, alteraciones de percepción o alucinaciones, memoria, gástrico, urinario, sexual y misceláneo.
La media de numero de síntomas no motores padecidos por paciente fue de diez, ha apuntado la doctora, quien ha explicado que todos ellos se describen en una misma enfermedad, algunos por el Parkinson en sí, otros por efectos secundarios del tratamiento y otros por una combinación de ambos.
"Por primera vez se ha descubierto que la relación entre los síntomas no motores y la calidad de vida es muy intensa y más importante que la relación entre síntomas motores y calidad de vida", ha comentado la investigadora.
Dicho esto en cifras, se constata una correlación de 0.70 para los síntomas no motores y otra menor (0.58) para los motores. En estadística, una correlación de 0.70 o más se considera "intensa" y de 0.50 a 0.70 se califica de "moderada".
Kurtis ha explicado que los síntomas no motores se tratan de un modo insuficiente por una responsabilidad compartida entre el paciente, que no los cuenta en ocasiones por desconocimiento o vergüenza, y el médico, porque no pregunta por ellos.
"A veces el paciente ni siquiera sabe que las pérdidas de orina, la depresión o la disfunción eréctil pueden ser consecuencia del Parkinson", ha argüido la experta, quien ha apuntado que si son estos trastornos los que más pesan sobre el enfermo, podrían ser abordados con la medicación específica que corresponda en cada caso.
La investigadora ha agregado, como otro de los avances que pueden derivarse de este análisis, que el mayor conocimiento de todas estas situaciones puede servir para la detección precoz de la dolencia. "Hasta hace poco ni siquiera sabíamos que existían y ahora pueden contemplarse incluso como precursores de la enfermedad", ha matizado.
Ante estos hallazgos, se descubre que es necesaria una nueva visión "integral" del Parkinson, tanto en la investigación como en el tratamiento de este trastorno neurológico, crónico e invalidante, que afecta al 2% de las personas mayores de 65 años.
En este momento se calcula que en España viven cerca de 150.000 pacientes, al considerar que actualmente el 15% de la población española está por encima de esa edad. Además, se cree que más de 30.000 personas están sin diagnosticar.
Respecto a las perspectivas de futuro, se prevé que el número de afectados se duplique para el año 2025 y que llegue a triplicarse en 2050.
The impact of non-motor symptoms on health-related quality of life of patients with Parkinson's disease.
BACKGROUND: Non-motor symptoms are detrimental to health-related quality of life (HRQoL) of Parkinson's disease patients. In this study, the Non-Motor Symptoms Scale (NMSS) was used to assess the impact of the non-motor symptoms on HRQoL of Parkinson's disease patients.
METHODS: In a multicenter, international, cross sectional study on 411 Parkinson's disease patients, the NMSS was applied along with clinical (Hoehn and Yahr staging and SCOPA-Motor) and HRQoL measures (PDQ-39, and EQ-5D). Prevalence of non-motor symptoms was determined also through the NMSS. The association of NMSS and SCOPA-Motor with HRQoL measures and the differences in HRQoL scores between patients with and without non-motor symptoms in each NMSS domain were estimated by non-parametric statistics. Predictors of HRQoL were sought through multiple linear regression analyses.
RESULTS: Nocturia (68.4% of the sample), fatigue (65.9%), and dribbling saliva (56.7%), were the most frequent complaints. Total NMSS score: (1) showed a higher correlation coefficient (r(S) = 0.70) with the PDQ-39 Summary Index (SI) than SCOPA-Motor (r(S) = 0.58); (2) showed high-moderate correlation (r(S) = 0.60 - 0.38) with all PDQ-39 domains; and (3) was the best predictor of HRQoL as measured by the PDQ-39 SI. For each NMSS domain, patients with symptoms had significantly worse HRQoL scores than patients without symptoms.
DISCUSSION: To our knowledge, this is the first study to determine in a holistic manner the impact of the non-motor symptoms on HRQoL of Parkinson's disease patients. The results show that non-motor symptoms have, as a whole, a greater impact on HRQoL than motor symptoms and non-motor symptoms progression contributes importantly to HRQoL decline in patients with Parkinson's disease.
Cierto. Mi primer acercamiento a tu blog y de antemano coincido con datos de éste artículo y cada vez creo que la EP crea un síndrome. Observo a su vez historias de pacientes muy lastimados por la medicina alopata que trata de curarlo todo. Excepto la conciencia del enfermo, que la tiene en shock, estressada y sin reflexión hacia sí y su propia autoexplotación (buscar sacar siempre provecho a todo, hasta que se exprimen y se enferman de P).
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