Científicos argentinos analizaron la proteína llamada Gliceraldehido 3-fosfato deshidrogenada, involucrada en ambas enfermedades, que provoca la muerte celular cuando se vuelve insoluble
Si bien los tratamientos del Parkinson y el Alzheimer son meramente paliativos, las conclusiones del trabajo llevado a cabo por investigadores del Instituto Superior de Investigaciones Biológicas (INSIBIO), CCT- Tucumán podrían constituir un punto de partida en el diseño de nuevos fármacos para enfrentar estas patologías.
La causa de este tipo de enfermedades es motivo de controversias, sin embargo, la comunidad científica acepta que las patologías se producen porque ciertas proteínas, que normalmente se encuentran en las células, abandonan su estado soluble y se agregan formando fibras insolubles que desencadenan la muerte celular.
El grupo de biofísica de proteínas del Insibio se concentró en el estudio de una proteína llamada Gliceraldehido 3-fosfato deshidrogenasa (GAPDH), a la que eligieron por estar involucrada tanto en el Alzheimer como en el Parkinson. Esta proteína está presente en casi todas las células de los organismos vivos y cumple un rol clave en la producción de energía a partir de la degradación de los azúcares. Sin embargo, bajo ciertas circunstancias, la GAPDH sufre alteraciones y pasa a formar parte de los grandes agregados proteicos que se observan en las imágenes de cerebros de pacientes con estas patologías.
La doctora Rosana Chehín, investigadora adjunta del Conicet y responsable del grupo, explicó a que, en estado soluble, las proteínas “son funcionalmente activas y cumplen su rol fisiológico. Sin embargo, cuando se vuelven insolubles, no sólo pierden su función, sino que disparan procesos que concluyen con la muerte celular”. Los resultados obtenidos demostraron que, en el caso de GAPDH, el contacto que toma la proteína con una membrana biológica dispara el proceso de agregación.
El trabajo recibió por segunda vez el premio Ponce Hornos 2010 que otorga la Sociedad Argentina de Biofísica y fue publicado en la revista oficial de la Federación de Sociedades Bioquímicas Europeas “FEBS Letters”, de 2010.
Para la segunda etapa de la investigación, los científicos se asociaron con un grupo de investigadores de Francia. Ellos aportaron compuestos químicos que operan como fármacos experimentales capaces de revertir el proceso de una célula cuando se encuentra en estado de estrés (característica similar a las células de Parkinson o Alzheimer).
Los investigadores determinaron a qué nivel molecular actúan esos compuestos para luego medir sus efectos. “Lo que descubrimos es que esos preparados actúan a nivel de la enzima GAPDH, que era la que veníamos estudiando”, relató Chehín y agregó: “Nuestros proyectos continúan y el reciente descubrimiento ha resultado trascendental. Estas distinciones nos han permitido, además, firmar convenios y hacer nuevas proyecciones de investigación conjuntas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario