Un
estudio realizado por un equipo multinacional de científicos de nueve
instituciones de EE.UU. encontró la primera evidencia que vincula directamente
dos químicos de uso común con un aumento de riesgo de párkinson. La
investigación, financiada por el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos
(NIH), analizó los antecedentes laborales de 99 pares de gemelos adultos, de
los cuales sólo uno desarrolló la enfermedad. Con ello, buscaron aislar el
factor genético y fijar la atención en el ambiente al que estuvieron expuestos,
una de las posibles causas del párkinson.
La
investigación, publicada por Annals of Neurology, buscó (sin saber los nombres de
las personas ni su estado de salud) a quienes habían estado en contacto
repetido y prolongado con seis productos químicos que se supone podrían generar
algún tipo de toxicidad en el sistema nervioso central. Los científicos
comprobaron que dos de ellos, utilizados como solventes comunes, mostraron un
fuerte vínculo con este mal neurodegenerativo: el tricloroetileno (TCE) y el
percloroetileno (PERC). Ambos son ampliamente utilizados en la industria de
limpieza en seco, en pinturas, para descafeinar el café (en algún momento) y
como desengrasante de metales.
Según
explica Samuel Goldman, del Instituto del Parkinson de Sunnyvale, California, y
jefe de la investigación, el párkinson fue seis veces más común en los gemelos
expuestos a uno de los dos químicos.
En
la entrevista, se incluyeron preguntas acerca de las tareas profesionales que
realizaron en su vida laboral, como trabajos de electricidad, reparación de
maquinaria industrial o la limpieza en seco. También sumaron datos respecto de
lesiones en la cabeza y tabaquismo.
Anabel
Chade, directora del Departamento de Neurología en Adultos y parte del estudio,
dijo que, en promedio, los gemelos analizados tenían entre 10 y 40 años de
exposición a sustancias tóxicas y que se necesitarán nuevos y más amplios
estudios para profundizar en el impacto de estos factores ambientales. "No
significa que todas las personas que estén expuestas a uno de estos productos
químicos desarrollen la enfermedad. Este tipo de estudios ayuda a tomar en
cuenta estos factores, pero para hacer una alerta respecto de ellos, es
necesario un estudio más amplio, con personas sanas, en las que se pueda
evaluar si los elementos químicos causan párkinson en todos ellos o no".
Claudio
Hetz, académico e investigador del Centro de Estudios Moleculares de la Célula
(CEMC) de la U. de Chile, dijo que considerando que sólo un 10% de los casos de
párkinson tiene un origen genético, un estudio que profundice en los elementos
ambientales que puedan desencadenarlo es muy importante. "Por alguna
razón, las neuronas que producen dopamina y que están en la sustancia nigra (zona
del cerebro afectada por el párkinson) son muy sensibles a productos como
estos, que generan estrés oxidativo en la célula". El especialista agregó
que es la primera vez que se relaciona la enfermedad con compuestos químicos
comunes y que el resultado de este estudio sirve para probar el factor
ambiental en este mal.
Marcelo
Miranda, neurólogo de la Clínica Las Condes, dice que no hay que olvidar que el
párkinson es
multifactorial y que el medioambiente es sólo una de sus posibles causas.
"Se sabe, por ejemplo, que hay medicamentos que pueden provocar un parkinsonismo temporal
(antisicóticos o neurolépticos utilizados en siquiatría) o adelantarlo en
personas mayores que utilizan fármacos para los vértigos o las náuseas. Los
golpes también pueden provocar párkinson, como en el caso de los boxeadores", dijo.
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