Conforme avanza, la
PSP es cada vez más dura, ya que los enfermos no solo padecen dolores físicos,
sino también psicológicos; los cambios de personalidad son muy comunes en esta
enfermedad. El cuerpo se paraliza por completo, por lo que es necesario utilizar
una silla de ruedas. Pese a todo, lo que nunca abandona al enfermo es la
conciencia. Pilar fue testigo de lo que le iba pasando a sí misma hasta que la
luz que la iluminaba a ratos se apagó para siempre.
La dureza de esta
enfermedad es inversamente proporcional al número de perjudicados, ya que
afecta a seis de cada 100.000 personas. En España, esta dolencia afecta a unas
3.500 personas. Su desconocimiento es muy grande y, por eso, Luis Carbonell
decidió emprender el pasado 12 de junio un peregrinaje muy especial. Desde
Cerdanyola del Vallés (Barcelona), hasta Finisterre, pasando por otros lugares
emblemáticos como Tudela, Burgos o Calahorra, Luis pretende dar a conocer una
enfermedad incomprendida por el público e ignorada por la industria farmacéutica.
No en vano, para intenter paliar los sufrimientos que ocasiona esta dolencia se
utilizan los mismos medicamentos que se emplean para el párkinson, que solo
actúan como un mero placebo. Para él, esta travesía está valiendo la pena, pues
asegura que le escuchan en todos los rincones donde para. «La gente me recibe
muy bien, tanto en los ayuntamientos como en los albergues». Además, narra sus
vivencias en varios blogs, donde habla de la enfermedad y de su viaje.
“Un peregrinaje,
llamado Proyecto Solidario 2011, está dedicado a su madre, a las víctimas de
esta enfermedad y a todos sus familiares. Está financiado íntegramente por él y
reparte folletos por todos los sitios a los que acude para evitar que su lucha
caiga en el silencio. El pasado mes de mayo dio una conferencia sobre este tema
en Cerdanyola del Vallés con Sonia Delgado, una enfermera especializada en
párkinson. Y así piensa seguir hasta la primera semana de agosto, cuando
alcance su destino: Finisterre.
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